Trabal y su huella eterna

reus hockey 2.jpgFuente: diaridetarragona.es.- Guillem Trabal (Sant Hipòlit de Voltregà, 1979) pone punto y final a una trayectoria legendaria en el Reus. Nueve temporadas que le confirman como uno de los mejores porteros de la historia del club. Por títulos, probablemente el mejor junto a Jordi Garcia. Pero no solamente se puede definir a Trabal por sus méritos deportivos indiscutibles, al arquero le acompaña siempre un comportamiento intachable, digno de los deportistas con calado.

El pasado mes de marzo, el Reus le comunicó que no le iba a ampliar el contrato, que caduca el 30 de junio. Guillem no ha soltado una mala palabra del club desde que, en verano de 2004, fue presentado oficialmente por el ex presidente de la sección de hockey, Gerard Aragonés. «Todavía no he tenido tiempo de asimilar que esto termina. No puedo hablar mal de nadie. Estoy muy orgulloso de haber pertenecido y haber jugado en el Reus».

Las lágrimas que soltó el 7 de junio, en su último partido en el Palau d’Esports, ante la afición reusense, demuestran su estima al Reus. «No es la primera vez que lloro en la pista. Era un día muy especial». El meta se ha identificado tanto con la ciudad y el club que, en esta última temporada, ha disfrutado de los galones de capitán. «Con el paso de los años me he vinculado mucho a Reus y al Reus. Me he sentido muy a gusto», asegura.

Su historia se escribe con paradas imposibles y una regularidad en su rendimiento envidiable, aunque también hubo momentos difíciles. «A menudo nos acordamos de las cosas buenas, pero también perdimos muchas finales», recuerda. Hablando de títulos, a Guillem le brillan los ojos cuando menciona la OK Liga que el Reus conquistó en 2011. «Es el título que mayor ilusión me hizo. 10 meses de trabajo y compitiendo con Barça y Liceo. Era el que me faltaba y yo pensaba que jamás podría conseguirlo».

Aquella noche en Riazor

Aquella temporada, el 7 de mayo de 2011, se jugó un Liceo-Reus en Riazor que definía el campeonato. Ante 5.000 personas que llenaban el recinto gallego y una presión terrible, Trabal decidió rescatar el título para el Reus con una actuación antológica, de las mejores de toda su carrera. «Por el momento, por la presión que había aquel día, lo recuerdo como uno de mis mejores partidos».

El arquero también fue determinante en la tanda de penaltis de la final de la Liga Europea de 2009, la séptima del Reus Deportiu en toda su historia. El Vic se convirtió en la víctima de aquel equipo que entrenaba Carlos Figueroa, con el que Trabal tuvo sus diferencias a principios de temporada. «Él perdió la confianza en mí y pasé malos momentos. Luego, a final de ese curso, demostró que volvía a creer en mi trabajo».

El trayecto de Trabal en el Reus se valorará por sus conquistas, aunque hay mucho más que lo que dictaminan los títulos. Dentro del vestuario, el internacional jamás ha dado un problema, su conducta ha rozado la perfección. «Supongo que se me recordará, en parte, porque a nivel de títulos lo he podido ganar todo. También he logrado conocer buenos amigos», asegura.

Mientras le da tiempo de despedirse de cada uno de los trabajadores del Reus, Trabal pone la vista ya a su nuevo destino. Portugal parece su próxima meta. Lisboa, un reto apasionante.

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