Fuente: hoqueipt.com.- El pasado domingo, el Pabellón Municipal de Valongo fue escenario de un partido lleno de estrellas para homenajear a otra estrella: César Fidalgo. La organización del Torneo de Verano César Fidalgo ha incluído en la cuarta edición del evento un partido de estrellas. En el momento en que se anunció el «elenco», la constitución de los equipos fue decidida por votación de los seguidores de la página de Facebook del Torneo.
A mitad de la tarde llegó la hora del All Star. Ante las bancadas muy bien compuestas, las estrellas – todas con el número 9, el elegido de César Fidalgo – fueron presentadas una a una, incluyendo dos refuerzos de última hora: las internacionales portuguesas Marlene Sousa y Renata Balonas.
El encuentro-arbitrado por Sílvia Coelho y Jerónimo Moura- no tardó en tener las primeras ocasiones. Pedro Gil había viajado de Cataluña por la mañana y regresaría poco después del término del encuentro, pero no había venido de paseo… abrió las «hostilidades» (y nunca el término mereció tantas comillas) a los dos minutos para el equipo Naranja, terminando un contraataque con una picadita sobre Edo Bosch en un excelente detalle técnico cuando Paulo Freitas y Paulo Pereira aún definían el esquema defensivo a adoptar por el equipo azul.
Los All Star son partidos donde los cuidados defensivos no se toman en serio, promocionando el espectáculo ofensivo. Y sólo un minuto después del tanto inaugural, Marlene Sousa mostraba a los chicos del equipo azul como bate a un portero ganador de la Liga Europea y se deshizo a Pedro Henriques para el 1-1.
Claudicó defensivamente al equipo capitaneado por Reinaldo Ventura, el Azul, a los ocho minutos, permitió goles a Souto y Rafa, que colocaban a los Naranja por delante con un 3-1. Edo Bosch salió entonces, bajo un fuerte aplauso… pero aún volvería. Las porterías quedaban a cargo de Pedro Henriques – estoico, agunatando los 50 minutos sin suplente – y Leonardo Pais, los dos porteros de la Selección Nacional que disputó la Copa Latina en 2012 en Vilanova i la Geltrù.
Los dos porteros como que lanzaron un hechizo sobre sus porterías para los aún largos 17 minutos que faltaban por jugar en la primera parte, obligando a un número de magia para romper el hielo. Alvarinho, que tantos números de ilusionismo inventó durante la temporada, era el mágico para ello. A los 13 minutos, Gonçalo Alves lo descubrió suelto en el área y el resto es inenarrable. Alvarinho recibió de espaldas a la portería de Pedro Henriques, levantó la pelota y marcó con la punta opuesta del stick. Fue el gran momento de la tarde. A continuación, el atacante que regresará a Porto dispuso de nueva oportunidad, pero esta vez fue Henriques quién ganó la partida.
El 3-2 persistiría hasta el descanso, fallando hasta un libre directo (a castigar, por reglamento propio del juego, la tercera falta de equipo de los azules) de João Souto. El delantero de Oliveirense no pudo marcarle a Leonardo Pais, ni con la bendición de Jordi Bargalló, que estaba detrás de la red. La estrella más grande de Oliveirense había dicho que no podía estar presente, pero, de vacaciones en La Coruña (ya recuperado de una lesión en un dedo), no se resistió a la constelación de estrellas presentes en Valongo.
Después del descanso, regresó el juego y regresaron los goles. En la primera jugada, Henrique Magalhães hizo el 4-2 para el equipo Naranja, pero la respuesta no tardaría. Alvarinho, cada vez más con la presión de mostrar algo estratosférico al público, no consiguió batir al también especialista Pedro Henriques, pero Poka y Tó Silva repusieron la igualdad en un ápice y, a 21 minutos del final y con 4-4 en el marcador, todo se relanzó.
El equipo Naranja -que nunca estuvo perdiendo- podría adelantarse en el marcador. Víctor Hugo hizo el 5-4 a los 13 minutos y, a los 17, Ricardo Barreiros amplió a 6-4, a pase de Renata Balonas. En el equipo azul, se puso a Edo Bosch en sus últimos minutos entre las estrellas. Edo sufrió un gol – por Miguel Rocha – y vio a Hélder Nunes reducir a 7-5 con Pedro Henriques.
A dos minutos del final, el portero catalán que deja sucesor a la altura -su hijo, internacional portugués de Sub-17, Alejandro- salió definitivamente, al son de un ruidoso aplauso colectivo de adeptos y compañeros, que formaron un emotivo «pasillo», una pasillo de honor a la altura de lo que el portero trajo al hockey sobre patines portugués.
La salida de Edo Bosch marcó el final del juego en sí. En los dos minutos que quedaban en el marcador, Pedro Gil selló las cuentas en el 8-5 final.
Equipo Naranja: Pedro Henriques, Pedro Gil (2) , Renata Balonas, Ricardo Barreiros (1) y João Souto (1) -cinco inicial- Rafa (1), Henrique Magalhães (1), Vítor Hugo (1), Miguel Rocha (1), Nuno Araujo y João Almeida. Entrenadores: Miguel Viterbo y Tó Neves.
Equipo Azul: Edo Bosch, Reinaldo Ventura, Marlene Sousa (1), Caio y Telmo Pinto -cinco inicial- Hélder Nunes (1), To Silva (1), Gonçalo Alves, Poka (1), Leonardo Pais, Pedro Moreira y Alvarinho (1). Entrenadores: Paulo Freitas y Paulo Pereira.
Árbitros: Sílvia Coelho, Jerónimo Moura y Pedro Silva
Goles: Pedro Gil (1-0), Marlene Sousa (1-1), João Souto (2-1), Rafa (3-1) y Alvarinho (3-2) – descanso- Henrique Magalhães (4-2), Poka (4-3), To Silva (4-4), Vítor Hugo (5-4), Ricardo Barreiros (6-4), Miguel Rocha (7-4), Hélder Nunes (7-5) y Pedro Gil (8-5).